lunes, mayo 24, 2010

Todo en el mundo es burla


El sábado pasado estrenamos Falstaff, ópera cómica sin muertos, gesto sarcástico de un Verdi de 80 años, que se ríe de si mismo.

Los finales verdianos son dramáticos, con padres que matan a sus hijos (Rigoletto), hermanos que matan a hermanos (Trovador), maridos celosos que matan a sus mujeres (Otello) o mujeres que deciden morir junto a sus condenados amados (Aida). Una larga lista de horrores, que era lo que al público de la época le apetecía.

Con esta carga a sus espaldas, se entiende que Verdi, octogenario y muy famoso, se hiciera un guiño a si mismo, poniendo en cuestión la base de sus propios argumentos: ¿qué es el honor?, una palabra, ¿qué hay en esta palabra?, el aire que vuela …, ¿quién es el cornudo?, el, tu, ellos … todos.

La ópera acaba con una gran risotada general, “todo en el mundo es una burla”. ¡Genial, maestro, es usted el mejor!

Los aficionados actuales al drama, tan numerosos como en época de Verdi, piensan que esta ópera no representa el verdadero estilo de su autor, que don Giuseppe se dejo llevar por las modas musicales de fin del XIX. Tal vez sea cierto, pero es también posible que Falstaff sea la única composición verdaderamente sincera de su autor, en un momento de su vida en el que le importaba nada la opinión ajena.

PD: La foto es de Enrique Moreno Esquibel

jueves, mayo 20, 2010

Olor a vino



Hoy se ha abierto la alhóndiga al público. Después de un montón de obras, un hermoso edificio, aunque te puedes perder en el espacio: ¿estoy en Londres o en Bilbao?

Este lugar me lleva a mi infancia, a unos pocos metros de la casa de mis padres, cuando era entonces un almacén de vino. Pasar por la calle, cerca de cualquiera de sus ventanas, era toda una experiencia. Olor a vino, botellas que se movían en una máquina, embotelladora, camiones con barricas, etc. Lo recuerdo como un espectáculo.

Echo de menos en la nueva alhóndiga algo que me recuerde el espíritu del viejo edificio. Tal vez unos cursos de cata o una tienda de vino, aunque el viejo olor sería tal vez lo mejor.

martes, mayo 04, 2010

Sociedades fractales


Agustín Pániker, en su libro “Índika, una descolonización intelectual” (muy interesante, sobre todo para dejar de pensar que nuestra tribu, occidental desarrollada, es el centro de todas las tribus) define a la sociedad india como fractal. Una realidad fractal se reproduce a si misma en diferentes escalas. Un árbol es una estructura en su conjunto, y también en cada una de sus ramas principales, secundarias, en sus hojas …

La India es una sociedad compuesta por infinitos colectivos humanos, religiosos, de casta, lingüísticos, de familia, etc. Cada individuo se siente partícipe de varias de estas realidades, de un modo simultáneo y natural. Y acepta de modo natural a otras personas, otras colectividades, otras formas de entender. Una persona puede hablar en un mismo día varios idiomas, en su familia, en el trabajo, en relación con la administración, etc., sin pensar que ello le genere el menor conflicto.

Tal vez todas las sociedades sean fractales aunque en nuestra tribu occidental desarrollada tendamos a rebelarnos contra ello, a no aceptar algunos de los niveles de nuestra propia realidad personal y social. Basta pensar en nuestra afición a pertenecer a grupos que se enfrenta a otros grupos, ya sean estos grupos equipos de fútbol, religiones, partidos políticos o naciones. Nos lo tendremos que hacer mirar.

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