miércoles, diciembre 28, 2011

Buenos deseos para el 12


Empieza un nuevo año. Todos tenemos nuestras intuiciones, más o menos sólidas, pero el nuevo año todavía no está aquí, nadie sabe con certeza como será. Lo iremos construyendo entre todos día a día.

Sin certezas, pero con buenos deseos. Lanzo los míos en clave relacional, que es lo que me gusta hacer en este blog: deseo para el nuevo año 2012 que seamos capaces de entender y ayudar a nuestros clientes; deseo también en este nuevo ciclo vital, que seamos capaces de colaborar con nuestros proveedores; deseo por último que seamos capaces de entendernos un poco en clave cliente proveedor que, aunque suena mercantilista, tiene también algunas ventajas. Opino.

miércoles, noviembre 16, 2011

World Café sobre la crisis


La semana pasada participé en un world café, organizado por Euskalit e Inside, y titulado “rompamos la crisis”. Un nutrido grupo de personas, muchas canas a la vista y muchas experiencias vividas con las que intentamos entre todos llegar a alguna conclusión.

Una primera, acostumbrarnos a la escasez. Se podría resumir en un comentario “Vivo sin problemas económicos pero tengo que acostumbrarme a gastar menos y a no despilfarrar”. Hemos vivido en la confianza de que todo iba bien y ahora vivimos en el temor de que todo va mal. Ni antes ni ahora son del todo ciertas estas afirmaciones, pero la percepción de la realidad -de una realidad imposible de entender en su totalidad- es mucho más real que la realidad misma.

Se habló también de los jóvenes, de la necesidad de educar a nuestros hijos para un mundo distinto. Y también de lo que pueden hacer las empresas y la administración para enfrentarse a este nuevo mundo al que estamos accediendo.

Las empresas tienen también que acostumbrarse a la escasez. Muchas ya lo han hecho porque su margen de maniobra es pequeño, pero ajustar gastos pero no suficiente. El campo de juego de la economía crece y las empresas necesitan referencias de otros lugares, viajar, escuchar, entender a otras personas que viven en entornos diferentes. La relación con lo que es diferente es, probablemente, el mejor motor de la innovación y tal vez la crisis nos ayude a mirar más allá, fuera de nuestro entorno confortable.

Hablamos por último de la administración. Todo lo dicho para el resto vale también para la ellos: reducir, ajustar, mirar fuera, mejorar, etc. Pero tampoco en este caso, es suficiente. La administración necesita una repensada, reducir niveles, separar la importante de lo prescindible, evitar las duplicidades, etc.

La conclusión final: todos tenemos mucha tarea. Espero y deseo que dentro de unos años, nos acordaremos de este momento con un recuerdo agridulce. Agrio por lo duro que está siendo y dulce porque tal vez sea el punto de partida de un mundo mejor. El tiempo lo dirá.

PD: La foto es de este verano, mujeres nepalies haciendo cola en la frontera con Tibet para llevar nuestras maletas desde el autobus al paso de frontera.

jueves, noviembre 03, 2011

Soy monotarea


Mi mente solo puede pensar en una cosa al mismo tiempo. Los ordenadores son multitarea, y como vivo con ellos, a veces llego a pensar que yo también puedo ser así, pensar en varias cosas al mismo tiempo; pero no puedo.

Si ocupo mi mente en una labor, la dejo inutilizado para el resto. Es una cuestión de economía de tiempo. Imagino que Woody Allen tiene su mente habitualmente ocupada en todo lo que tiene que ver con sus siguientes películas.

Todo este rollo me surgió el jueves pasado, 27 de octubre, en una sesión con Enrique Sacanell en la Fundación EDE sobre “Coaching Político”. Nos planteó Enrique una pregunta: “¿de qué modo está presente el mundo de la política en vuestras vidas, en vuestros pensamientos?”.

Curiosa cuestión. En mi mente solo aparece la política cuando enciendo la radio o la tele o leo la prensa; el resto del tiempo no existe. No pienso en ello cuando estoy trabajando o descansando, no hablo habitualmente con mis amigos de ello. Tal vez al resto de los mortales, con excepción de los políticos y los periodistas, les sucede lo mismo, ¿o no?.

Lo que si me surgen de todo ello son algunas preguntas:

  • ¿Con qué ocupamos habitualmente nuestra mente?

  • ¿Nos ayudan o nos limitan nuestros pensamientos?

  • ¿Se centran en nuestra dimensión personal, o pensamos también en clave colectiva?

  • Si ocupamos nuestra mente en clave colectiva, ¿a qué nivel?: familia, amigos, comunidad, país, planeta, universo, ...?

  • ¿De qué modo podemos contribuir con nuestros pensamientos a mejorar en clave colectiva?
Planteo esta última pregunta porque tengo la sensación de que muchos pensamientos sobre temas colectivos son bastante estériles. Es solo una opinión personal.

PD: la foto es de Kathmandu, venta de verduras en Durbar Square.

martes, septiembre 13, 2011

Reflexiones viajeras 1: desde lejos todo se ve más pequeño


No hay como un vuelo con jet lag para entender algunas de las cosas que suceden en nuestro planeta. Y es que, mucho mejor que las noticias de aquí, es una conversación allí (a 6.000 kilómetros) con una persona, con buena formación (4 idiomas) y pocos derechos, que cobra 160 euros al mes y paga 80 de alquiler.

El mundo camina hacia la globalización, pero no está clara la senda: ¿se va a acercar mi amigo a nuestro mundo, o al contrario, nos vamos a acercar a la suya?. Intuyo que la respuesta sea compleja, un poco de todo, algo perderemos y algo ganaremos, tanto ellos como nosotros.

Por ahora, solo viajamos nosotros. Como decía un ministro cubano “menuda trabazón se iba a montar en el cielo si todo el mundo se pusiera a volar”. Disfrutemos mientras podamos de un privilegio con el que podemos ver nuestros problemas un poco más pequeños.

martes, agosto 09, 2011

Realidades soñadas


Las vacaciones son tiempo de descanso; los que podemos metemos el despertador en el cajón y nos dejamos despertar sin prisas. Una oportunidad para dormir más y también una posibilidad para vivir un tiempo intermedio, mitad despierto, mitad dormido ... breves sueños matutinos. Tal vez quién lea esto tenga un sueño continuo, y una vez despertado no vuelva a dormir, pero no es mi caso; cuando apago el despertador me despierto de un modo intermitente, con períodos de sueño tras los cuales es fácil recordar las escenas soñadas.

Hace unos meses leí o escuche, no recuerdo donde, que lo que percibimos (cuando estamos despiertos) no es la realidad misma sino el reflejo que de ella nos llega a través de partículas de luz, sonido, olor, etc. Esta mañana al despertarme y recordar como real el sueño que acababa de vivir, me he planteado, como una reflexión inútil (estamos de vacaciones), la relación entre lo vivido y lo soñado.

No son tan diferentes como pudiera parecer. Los sueños son muchas veces el reflejo de las realidades vividas. Y las realidades vividas tienen también una parte de ensoñación: son aquello de lo que somos conscientes, el resto no existe. Algo es un problema o una oportunidad, no por sí sino porque lo vivimos como tal, del mismo modo que vivimos el sueño como algo real en el instante que estamos dormidos.

Si no fuera porque de nuestra consciencia (o de su ausencia) surgen nuestras acciones, estas si totalmente reales, esta sería una reflexión inútil. Pero, no sé, tal vez sea de un cierto valor ser conscientes de la parte de sueño que tiene nuestra realidad ¿o no?.

PD: La foto está sacada en Itxina, esta pasada primavera.

jueves, junio 23, 2011

¿Para qué sirve pensar en el futuro?


Hace unos días estuve, gracias a una sugerencia de Idoia Beobide, en una interesante jornada sobre Mindfulness con Fernando A. de Torrijos. Con el título de “una guía práctica para reducir el stress”, nos habló de sus trabajos en las cárceles y los centros de salud mental y nos lanzó una propuesta: vivir el presente. A menudo nuestra mente no está con nosotros. Nos comemos una manzana o cortamos unos puerros y pensamos en algo que sucedió en el pasado o que puede suceder en el futuro. En ambos casos (pasado y futuro) no podemos hacer nada, el pasado no lo podemos cambiar y el futuro no ha llegado. Pero nuestra mente se va a estos lugares, no está con nosotros disfrutando de las formas, las texturas, los colores, los olores, los sabores de nuestra manzana o nuestros puerros.

Fernando propone algunos ejercicios para traer la mente con nosotros. Por ejemplo, uno muy sencillo es el del STOP. Vamos por la calle, andando o conduciendo un coche, y algo nos obliga a parar: un stop, un semáforo, una espera a un autobús, etc. Un momento de espera y también una oportunidad para disfrutar de algo placentero que nos rodea ... un árbol, unas flores, una sonrisa. Si buscamos, seguro que encontraremos algo que nos haga olvidar por un instante nuestras post o pre ocupaciones.

Lo que nos contó Fernando llevó mi mente a otro asunto, también un poco fuera de la realidad: el trabajo que realizamos los consultores en las empresas que nos contratan. Una gran parte de nuestro trabajo se basa en analizar el pasado o prepararnos para el futuro, haciendo multitud de planes que luego la realidad se encarga de destrozar. “El papel todo lo aguanta” es una frase típica, que pone en evidencia la importante distancia entre el pensamiento prospectivo y la realidad futura. ¿Tal vez tengamos que redefinir nuestra función, dedicándonos los consultores a ayudar a las organizaciones a mejorar la atención en lo que ahora están haciendo?

No es cuestión de olvidarnos del pasado y del futuro, saber de nuestra experiencia y pensar hacia dónde nos dirigimos nos ayuda. Pero el presente es el único momento en el que podemos actuar, ¿tal vez sea mejor poner el foco en el ahora?

lunes, mayo 30, 2011

¿Reconocemos nuestras emociones?

Hicimos el curso comentado en el post anterior. Fue pasado 19 de mayo en el Hotel Durango, organizado por SPRI y por Euskalit dentro del programa 21Sarea. Hablamos de Orientación al Cliente y al Mercado (post anteriores 1, 2 , 3, 4).

En uno de los ejercicios nos preguntamos “¿Cómo compramos? ¿de qué modo tomamos nuestras decisiones como compradores?”. La pregunta la podemos ampliar a todos los ámbitos de nuestra vida, “¿cómo nos relacionamos, de qué modo tomamos nuestras decisiones en el mundo del ocio, del trabajo, de la política, de la participación ciudadana, etc.?”. Y las repuestas a estas preguntas giran en torno a dos polos: somos seres racionales, analíticos, calculamos nuestros pasos a partir de datos ... o por el contrario somos seres intuitivos, un poco irracionales, un poco imprevisibles, básicamente emocionales.

Después de hacer esta pregunta a un grupo de treinta personas me surgen de modo intuitivo, que no racional, algunas conclusiones:


  • Nos reconocemos intuitivos y emocionales en unos campos pero no en otros. Somos intuitivos cuando seleccionamos una música o una prenda de vestir pero no lo somos (no nos reconocemos) cuando compramos una máquina de trabajo o un programa informático.

  • Las mujeres se reconocen más intuitivas que los hombres, especialmente en estos campos donde menos importancia teórica tienen las emociones. En otras palabras, las mujeres reconocen mucho más que los hombres que se dejan influir por sus emociones, también cuando deciden la compra de una máquina o un programa informático.

  • No siempre entendemos bien la pregunta. Reflexionar sobre el hecho de que decidamos algo de un modo no racional supone, para algunas personas, un problema en sí mismo. En otras palabras, vamos por la vida convencidos de que todas nuestras decisiones tienen una justificación racional, basada en datos.
Los que saben de estas cosas afirman que la dimensión emocional intuitiva está presente en todas las esquinas de nuestras vidas, pero tal vez no nos hayamos dado cuenta.

viernes, mayo 06, 2011

Pasión de clientes


Ando preparando un curso sobre temas de orientación a clientes y he pensado realizar un pequeño ejercicio: preguntar a los asistentes si se sienten influidos en sus decisiones de compra por la pasión, el amor o la amistad con lo que están comprando. Planteada así la pregunta, me temo que me van a contestar que no, que esas palabras solo tienen sentido en el ámbito de sus relaciones personales, que los ámbitos laborales y clientelares son más asépticos y racionales.

Dicho así, en términos generales, tal vez la pregunta sea un poco vaga. No es lo mismo comprar un coche, una entrada para un concierto, una barra de pan o un producto de limpieza doméstica.

Veremos los resultados, tal vez me den una sorpresa. Ya los contaré. Yo parto de la sospecha de que las relaciones que mantenemos con nuestros compañeros de trabajo, con nuestros clientes o con nuestros proveedores están muy influidas por factores emocionales, ¿o no?.

miércoles, abril 20, 2011

La gastronomía como motor del cambio


La emoción de la transformación” es el título de un libro, recientemente editado por Innobasque y el Consorcio de Inteligencia Emocional. Un libro en el que han colaborado dos amigos, Iñaki y Aiuola, y que trata del modo como la familia Urrutia se convierte en un equipo innovador para la salvación del negocio familiar, ante una perspectiva de crisis que les obliga a actuar o desaparecer.

La ficcionada historia de la familia Urrutia no ganará premios literarios pero si nos ayuda a recordar una obviedad muchas veces olvidada: sin las personas no hay cambio; sin sus emociones, las personas son seres pasivos. El cambio necesita de las emociones como la respiración del oxígeno.

La narración de los Urrutia gira en torno a la comida. El estereotipo gastronómico euskaldun es utilizado, casi hasta el extremo, como un activador de las emociones. Lo dice Sabino Ayestarán en la página 102 “invitamos a las personas a una comida, a un acto cultural, a una fiesta, etc., con la esperanza de que se refuercen las emociones positivas con las personas con las que queremos llegar a una mayor colaboración”.

domingo, marzo 20, 2011

Gacelas

Llevo varios días dándole vueltas a un texto para publicar en este blog, pero no me acabo de decidir. Los sucesos me hacen vacilar, mueven mis ideas.

Estaba escribiendo un texto sobre las gacelas, comentando el video de Emilio Duró de mi post anterior . Las gacelas, cuando ven un león, corren como locas hasta que una de ellas es atrapada, momento en el cual las demás dejan de correr para seguir pastando plácidamente. El mal de una es la tranquilidad del resto.

Los seres humanos no somos gacelas, tenemos memoria y el recuerdo de los males pasados nos prepara para prevenir los males futuros. Esta capacidad la hemos convertido en una afición: nos gusta “estar preocupados”, seguir pensando en el peligro cuando ya ha pasado o cuando no nos afecta. Basta con ver el “consumo” de dramas en la literatura, el cine o la ópera.

Estaba yo en esto cuando, subitamente, la tierra se movió en Japón. “Vaya, cualquiera se atreve a afirmar ahora que no hay que preocuparse, con la que está cayendo” pensé.

Poco después acudí a un curso de “Constelaciones Estructurales” organizado por Chus Sanz y Guillermo Echegaray con la presencia de Matthías Varga von Kibed. Fui sin conocer muy bien que era esto de las constelaciones y me encontré con unas experiencias que escapaban a un análisis racional: personas que se mueven por una sala y que cuentan sus sensaciones en relación con el resto. Visto desde el exterior, pareceríamos los miembros de una secta peligrosa.

Pero yo estaba dentro, y sin entender muy bien lo que estaba sucediendo, las “constelaciones” reforzaron la idea de la comunicación subconsciente. Nuestra mente recibe mensajes que nuestra razón no es capaz de procesar, por ejemplo cuando sentimos algo ante una persona desconocida o una situación nueva, sin saber muy bien que sentimos ni por qué lo sentimos.

Todo ello me hizo intuir –que no razonar- que nuestra afición por los dramas tiene justificaciones subconscientes. Mis preocupaciones por las centrales nucleares japonesas no son de mucha utilidad para bajar la temperatura de los reactores, pero tal vez tengan otras utilidades, en clave de futuro. De hecho, la opinión pública se puede entender como el resultado de las preocupaciones personales.

Pero como afirmaba Emilio Duró, la preocupación tiene también una importante parte sufrimiento inútil. Aprender quitarnos las preocupaciones “superfluas” puede ser tan buen ejercicio como quitarnos los kilos de más.

Yo, como resumen final, me quedo con las gacelas.

lunes, febrero 14, 2011

El optimista

Mi miga Ane, que no tiene blog, me manda este muy interesante video de una conferencia de Emilio Duró.

Merece la pena parar y verlo con detalle.

domingo, enero 30, 2011

Trabajo artesano en (¿con?) red

El viernes a la tarde acudí a una muy interesante reunión de consultores artesanos, de la REDCA o “Red de Consultoría Artesana”. La reunión fue en Eutokia y acudimos un número importante de consultores independientes, que no solitarios, de muy diversos ámbitos.

Los motivos para decidir ser un consultor “freelance” son muy diversos. Algunos, obligados por la crisis, otros -la mayoría- no aguantando más jefes que nuestros clientes.

Se habló mucho de consultoría en red. Consultores independientes que colaboran en redes para intercambiar conocimientos y/o para trabajar en grupo. Redes de consultores independientes como alternativa ante las grandes consultoras.

La sombra de las grandes consultoras estuvo presente en varios momentos de la reunión. Creo que en parte porque la consultoría independiente da miedo. Trabajar solo es trabajar sin red, sin nóminas fijas todos los primeros de mes, sin personas que se ocupan de la tesorería, sin la capacidad de decir que esto lo haga mi compañero/a, sin jefes que se encarguen de buscar trabajo cuando no hay, etc.

La consultoría en red puede ser una solución ante los temores de la soledad, pero yo no lo tengo muy claro. Si necesitamos crear redes para reducir temores, es casi mejor crear una nueva consultora.

Creo más en redes de consultores que han perdido el miedo a la soledad.

martes, enero 25, 2011

Neus se pone a régimen

Ayer estuve en Bilbao, en una interesante conferencia de Neus Arques (Manfatta) que nos habló de posicionamiento en Internet, reputación y relevancia. Hay que saber lo que se dice de nosotros en la red, que es mucho, cada día más. Llegará un momento en que la red sepa más de nosotros que nosotros mismos. Suena a ciencia ficción pero la lista de futuribles increíbles que han acabado cumpliéndose es larga.

Neus se ha puesto a régimen. Ha decidido escribir menos, alimentar la red solo cuando tenga algo interesante que contar. Hasta ahora parecía que el (su) objetivo era otro, escribir lo más posible en el mayor número posible de soportes. Ahora, solo le dará a la tecla cuando tenga algo interesante que contar, aunque sea solo una vez al mes. No sabe si eso mejorará su posicionamiento y su reputación, pero va a probar. En unos meses nos contará los resultados de su “dieta”.

Yo, que tengo mala conciencia porque alimento menos de lo que me gustaría este blog, me sentí reconfortado.

miércoles, enero 19, 2011

Curso en marzo: los clientes ausentes

Hace unas semanas Euskalit publico el catálogo de cursos 2011, dentro de los cuales está uno del que soy profesor “Cómo orientar la organización al cliente”. Empezaremos en marzo en Arrasate y en septiembre en Zamudio. Trabajaremos con un documento elaborado con Euskalit sobre esta materia.

Idea central: las empresas trabajan para clientes pero estos son, a menudo, unos entes ausentes. En muchos casos, trabajamos sin contacto con las personas a las que va dirigida nuestra tarea. Nos referimos a ellos/as con unos términos genéricos (“nuestro cliente es la empresa X”, “nuestro cliente son las parejas con hijos pequeños”, …) en los que se diluyen las personas concretas.

Unas trabajadoras de una residencia de ancianos y me comentaban hace unos días que ellas (todas mujeres), si tenían una relación personal con sus clientes. Pero en muchas otras actividades, esta cercanía no se produce.

¿De qué modo podemos entonces hacer presentes a los clientes? Por ejemplo, hablando con nuestros comerciales que les conocen bien, o mandándoles de vez en cuando una encuesta para que nos escriban sus opiniones, o abriendo un perfil en Facebook, o contratando un estudio de mercado a unos consultores. Podemos hacer muchas cosas, pero si queremos realmente hacerles presentes no tendremos más remedio que hablar con ellos, cara a cara, en unas condiciones que permitan generar conversaciones suficientemente interesantes.

El curso trata sobre las distintas actividades que podemos desarrollar para mejorar el conocimiento y la relación con los clientes, haciendo especial hincapié en la idea de que una de estas actividades tiene que ser conversar.

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